15 Clichés de películas que ya nos cansaron

Seguro te sucede que ves una cinta y te adelantas a la trama diciendo: “va a ocurrir esto”, no eres adivino. Hay escenas que se repiten tanto que acaban por arruinar el argumento. Aquí te presentamos 15 clichés de películas que ya nos agobian.

Clichés de películas románticas

Existen muchos estereotipos, la muchacha levantando su pie durante un beso, el encuentro en que chocan y se le caen los libros a la joven. Este tipo de escenas siempre ocurren.

Chica pobre, chico rico

En las cintas de amor hay una fórmula infalible: el joven acaudalado que se enamora de una muchacha de clase inferior, posiblemente huérfana. Si hay alguien de bajos ingresos, esa es ella. ¡Dalo por hecho! Él quedará prendado de la humilde doncella y a pesar de todos los obstáculos, serán felices para siempre.

“Wow, estás…hermosa”

Solo de leerlo ya sabes de qué hablamos. La típica escena que precede el baile de graduación, evento social o cita romántica. El galán espera impaciente, de momento se abre una puerta o se escuchan pasos por las escaleras.

Cuando levanta la vista, ahí está ella, luciendo un vestido de infarto. Él, babeante y aturdido, pronuncia entonces la “inesperada” frase. ¿Has notado que siempre la cámara recorre a la chica en slow motion, comenzando por los pies?

La escena de la pasión  

Quizás existan millones de formas para sugerir una noche de amor. Pero uno de los clichés de películas favoritos es la ropa desperdigada por el suelo, preferiblemente la lencería junto a los tacones.

Al finalizar la pasión, uno de los dos se tumba sobre su espalda con la respiración entrecortada y dice: “¡eso fue increíble!”. Antes de vestirse, la chica se toma el trabajo de enrollarse en las sábanas. 

Carrera y beso final

Hay que detener la boda o que se marche al otro lado del mundo. ¿Por qué los protagonistas ignoran sus sentimientos durante todo el filme para terminar en una maratón de último minuto? 

Tampoco puede faltar la escena del beso final, donde ambos se miran fijamente mientras él le acomoda el cabello y ella acaricia su rostro. ¡Que no se olvide zoom out, para que podamos apreciar los árboles del fondo!

Clichés de películas de acción

Es el turno de espectaculares huidas, explosiones y… más estereotipos. Aquí no falta la lanzada del bueno de lugares altos y queda su pierna coja, sin contar que está malherido pero al siempre gana.

¡Dilo ya de una vez!

¿Qué le cuesta ir directo al grano y decir lo que le atormenta? “Elizabeth, fui yo quien atropelló al gato y lo reemplazó con un hámster”. Listo, ¡no es tan difícil andarse sin rodeos! Ah, pero los guionistas se empeñan en entregarnos personajes que complican la trama con su secreto.

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Quien avisa, siempre muere

Da igual que sea un protagónico o un papel secundario. Si un personaje debe alertar a otro sobre algún peligro, sabes que va a morir. Probablemente con el teléfono en la mano y dejando la frase a medias. Este y el anterior son clichés de películas que por lo general se combinan. A nosotros ya nos aburre.

“Estoy bien, solo fue un rasguño”

¿Para qué utilizar la puerta si puedes atravesar un cristal? Sencillo: para dar pie a la frase que denota que el héroe está en perfecto estado. Otro de los clichés de películas más usados, es ver al actor alejarse de una explosión sin mirar atrás, en cámara lenta. Nunca será impactado por un retrovisor, jamás. Estos personajes salen ilesos de lo mismo de un auto volcado que del apocalipsis zombi.

La pared de la estrategia

¡Bajen los cuadros, retiren las lámparas! Necesitamos un muro donde armar un plan. Hará falta muchos papeles, fotografías, mapas, chinchetas, cinta adhesiva y el elemento estrella: un hilo rojo que unirá los puntos clave. En su versión mejorada, este desorden se ubica en una habitación donde habrá además un ordenador con muchas pantallas.

¿El cable azul o el rojo?

He aquí el eterno dilema del artefacto a punto de detonar. ¿Para qué entrenan equipos antibombas, si llegado el momento no saben qué hacer? En estos clichés de películas, el agente encargado de desarmar el explosivo debe sudar en medio de su nerviosismo. No importa cuánto reflexione, terminará cortando uno de los cables al azar, pero cuidando siempre que el cronómetro marque 5 segundos o menos.

Clichés de películas de terror

No hay forma posible de asustarse si ya sabes qué va a suceder. Definitivamente esta es de las que más escenas tiene, que conocemos con antelación. Clásico tropezar con algo cuando le están cayendo de tras.

 “¿Hay alguien ahí?”

Existe una regla no escrita, pero que todos conocen. Cuando un personaje siente un ruido en una casa, debe obligatoriamente preguntar si hay alguien y acercarse al lugar de donde vino el sonido. Sobre todo si está solo y nadie lo puede socorrer.

Sin dudas este es uno de los clichés de películas más absurdos que persisten en el cine. Por si no te queda claro, en la vida real lo más sensato es que des media vuelta y salgas de ahí.

Enciende la luz, por el amor de Dios

No sabemos por qué, pero cuando aparece una casa oscura nadie atina a prender una luz. En medio de la penumbra te martillas el meñique del pie, gritas como si marcaras gol, por eso el agresor te atrapa. Otro de los clichés de películas es alumbrar con una linterna en plena oscuridad, como si el punto de luz moviéndose por todo el sitio pasara desapercibido.

“Será mejor que nos separemos”

Hay dos verdades en este mundo, grandes como un templo: Siempre que llueve, escampa. Cada vez que hay un grupo en peligro, se divide. Da igual que sea en una cueva o una vieja fábrica en desuso. El objetivo es que más adelante uno de los personajes encuentre el cuerpo de otro de sus compañeros y grite: “Oh, Johnny, pero ¿qué te ha pasado?”. Lo mismo que le va a ocurrir al resto, por tontos.

Huir no será tan fácil

Una escapada de calidad debe tener complicaciones. Correr 100 metros sin tropezar nunca ha sido opción. Si quien huye es una chica gritando, pues mejor. Otro clásico es cuando el personaje va corriendo en busca de su auto, se le caen las llaves (para darle ventaja al atacante). Si logra llegar con vida al coche, ten seguridad de que no encenderá en el primer intento.

Teléfono sin señal

En otros filmes, las personas usan su celular fácilmente para tener una cita o hablar mal del jefe. Pero las compañías de las películas de terror tienen un pésimo servicio. Si vives una situación de vida o muerte, no cuentes con avisar a la policía que un maníaco te persigue. El móvil nunca tendrá cobertura, por más que lo levantes por encima de tu cabeza y camines de un lado a otro.

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El peligro viene por detrás

Es cierto que un ataque por la espalda tiene a su favor el factor sorpresa, pero ya estamos hartos de ver lo mismo. Como cuando el personaje se sube a su coche y desde el asiento trasero alguien le apunta con una pistola.

Tampoco puede faltar la escena del baño, donde el protagonista se agacha a recoger algo, al levantarse observa por el espejo al atacante, justo detrás suyo. ¿Te suena?