Descubren al asesino de los 350 elefantes muertos en Botsuana

Entre mayo y junio de 2020 y en medio de la conmoción mundial por la pandemia de Covid-19 un evento despertó gran preocupación entre los ecologistas y científicos, habían sido encontrados más de 350 elefantes muertos en Botsuana.

Este es un pequeño país ubicado en el extremo sur de África y en sus amplias sabanas habitan 130.000 elefantes. Esto equivale a un tercio de toda la población salvaje de esa especie en este continente.

Los primeros hallazgos ocurrieron en mayo en una reserva natural cerca del delta del río Okavango. Allí aparecieron varios ejemplares muertos a orillas de una laguna.

Sin embargo, los cadáveres no mostraban heridas por arma de fuego o de otro tipo. Tampoco tenían señales de enfermedad por ántrax o un virus.

En los siguientes días fueron encontrados más cuerpos, hasta llegar a la alarmante cifra de 354 elefantes adultos y crías muertos. Tres meses después, los investigadores hallaron al asesino misterioso de estos hermosos animales.

¿Qué dejó 350 elefantes muertos en Botsuana?

La causa de la muerte de cientos de elefantes en este pequeño país fue identificada tras un largo análisis comparativo y de laboratorio en muestras de tejido de unos 330 cadáveres. Estos datos fueron cruzados con el estudio del agua, suelo, aire y vegetación de la zona donde ocurrió cada muerte.

Finalmente, se encontró que un microorganismo presente en el agua de los lagos y ríos estancados es el responsable de los 350 elefantes muertos en Botsuana.

Se trata de las conocidas cianobacterias, que en muchos libros de texto hemos conocido como algas verdeazules. En todo caso, realmente no son algas sino bacterias.

Las cianobacterias están presentes en lugares donde haya aguas tranquilas o estancadas y materia orgánica. Incluso pueden encontrarse bajo el hielo de los polos y en las rocas del continente antártico.

Peligrosas en altas concentraciones

Aunque algunas variedades contienen pequeñas cantidades de sustancias tóxicas, no suelen ser un problema para los animales que consumen agua de lagos y ríos debido a que rara vez alcanzan una alta concentración.

Sin embargo, al subir mucho la temperatura o aumentar la cantidad de sustancias orgánicas en el agua, ocurre una floración descontrolada. Además de cambiar el color del agua también pueden envenenar a personas y animales que la beban.

El calentamiento global, un peligro para todos

El calentamiento global y la sequía que afecta al sur de África, provocó un descenso en el nivel de los lagos en la zona donde habitan estos elefantes en Botsuana.

El creciente calor en el planeta es un problema real que no solo afecta a zonas calientes y tropicales, sino también a los mares y especialmente destruye los corales en todo el mundo.

Al estancarse el agua de los lagos usados por los elefantes, aumentó allí la concentración de restos vegetales en descomposición. Esto llevó a su vez a una floración descontrolada de cianobacterias.

Efectos neurotóxicos

En este caso, los elefantes muertos en Botsuana mostraron síntomas de trastorno neurológico severo por la acción de las toxinas. Esto incluye vómitos intensos, diarrea, irritación de la piel y dolores abdominales que luego derivan en muerte por deshidratación severa y falla renal y hepática.

Las muertes cesaron cuando los estanques o lagos contaminados con cianobacterias se secaron totalmente y los animales empezaron a beber en otras fuentes más limpias.

Este caso dejó una incógnita sin explicar: ¿por qué solo murieron elefantes al beber esta agua? Hasta la fecha no se han encontrado señales de que otras especies hayan corrido la misma suerte.

Ni siquiera murieron o enfermaron las hienas y buitres que se alimentaron de algunos cadáveres. Una posible explicación es que elefantes suelen beber de 50 a 60 litros de agua al día, lo que aumenta la concentración de toxinas en su organismo.

Choque entre hombres y animales

Este caso generó un gran debate político, pues en un principio se especuló que el caso de los elefantes muertos en Botsuana fue un envenenamiento intencional por parte de agricultores molestos porque estos grandes mamíferos se comían sus cosechas.

Un elefante adulto, necesita un mínimo de 150 kilogramos de hierbas y hojas al día para mantener su peso, pero pueden devorar hasta 250 kilogramos cada 24 horas si encuentran una buena provisión de alimento.

Otros grupos exigieron al Gobierno combatir más duro a los traficantes de marfil y cazadores furtivos responsables de la muerte de cientos de elefantes y rinocerontes.

También exigen detener a los extranjeros adinerados que pagan para cazar un animal salvaje o que buscan cuernos y huesos para hacer medicinas tradicionales. Este año han muerto más de 30 rinocerontes negros por esta causa.

Algunos predicen que los elefantes africanos serán exterminados por el hombre antes del 2050. Esto nos recuerda la triste historia de los mamuts encontrados bajo un aeropuerto en México.

Nuevo plan para evitar muertes masivas de elefantes

A raíz de este lamentable evento, el Gobierno de Botsuana ordenó preparar un nuevo protocolo de respuesta para eventos similares que amenacen la vida de los 130.000 elefantes que viven en su territorio.

El plan incluye la revisión periódica del estado fitosanitario de los lagos y ríos y el levantamiento de un catálogo de los tipos de cianobacterias presentes en ellos y los antídotos necesarios para combatir su toxicidad.

Botsuana necesita a sus elefantes en buen estado, pues este país depende mucho de los ingresos dejados por miles de turistas extranjeros que viajan a ese país para participar en safaris fotográficos a sus reservas de vida salvaje.