Esto pasa en nuestros cuerpos al vacunarnos

Mientras algunos medicamentos se crean para combatir enfermedades o curarlas,  las vacunas están diseñadas para prevenirlas. Evitan millones de muertes al año en todo el mundo y ayudan a limitar la propagación de infecciones de todo tipo.  Refuerzan tu sistema inmunológico y hacen que tu cuerpo produzca defensas ante nuevos agentes infecciosos. Conoce qué sucede en nuestros cuerpos al vacunarnos, qué tan seguros son estos fármacos y su importancia para la humanidad.

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¿Qué ocurre cuando te vacunas?

Ante una enfermedad como la varicela, papera o sarampión, tu organismo desarrolla anticuerpos para atacar la infección y lograr la inmunidad. Solo entre el 1% y el 5% no logran hacerse inmunes de forma natural. Muchas veces estas infecciones dañan el organismo y producen un gran malestar e incluso la muerte.

Las vacunas contienen los mismos microorganismos que causan las enfermedades, pero en una forma atenuada o muerta. De esta manera, recrean la amenaza del virus o bacteria para la cual fue diseñada, pero sin desarrollar una infección. Así nuestros cuerpos al vacunarnos generan anticuerpos para defenderse sin la existencia de un peligro real.  Estos defensores permanecen en la sangre (durante años o de por vida) siempre listos por si la infección regresa.

Nuestros cuerpos al vacunarnos estarán preparados para combatir cualquier virus, bacteria o parte de ellos, según el diseño de la vacuna. En el caso de desarrollar la enfermedad esta no será tan severa, solamente presentarás síntomas leves. De este modo lograrás quedar biológicamente protegido.

En algunas ocasiones una sola dosis del fármaco es suficiente para la inmunización, pero a veces se necesitan varias sesiones. Por ejemplo, el virus de la gripe muta constantemente, por lo que no existe una vacuna de una vez. El tétanos también necesita varias administraciones de este tipo de medicina para reforzar los anticuerpos pues se debilitan con el tiempo.

Síntomas adversos o secundarios de las vacunas

La mayoría de nuestros cuerpos al vacunarnos presentan algunos malestares leves y temporales, casi nunca graves. Ninguno de estos síntomas se compara a los que presentarías ante una enfermedad real. Entre los efectos secundarios más comunes de las vacunas están hinchazón o dolor en el lugar de la inyección y fiebre baja. También puedes sentir temblores o escalofríos y agotamiento físico. Es posible que provoquen dolores de cabeza y en músculos y articulaciones. Estos efectos secundarios son un indicio de que nuestros cuerpos al vacunarnos reaccionan satisfactoriamente ante el fármaco. Tu organismo ya está actuando en base a combatir la enfermedad y generar los anticuerpos defensores.

Es algo muy inusual que nuestros cuerpos al vacunarnos desarrollen efectos adversos severos. La probabilidad de esto es muy baja, solo 1 o 2 personas entre 1 millón de vacunados presentan reacciones alérgicas graves. Es importante que ante la persistencia de los síntomas o el agravamiento de estos acudas al médico. Nunca optes por la automedicación, el personal de la salud está siempre preparado para tratar cualquier caso de alergia a medicamentos como las vacunas. 

Debes conocer que las vacunas tienen ciertas contraindicaciones, situaciones bajo las cuales no debería realizarse para evitar daños. Evita vacunarte si anteriormente tuviste una reacción adversa fuerte en dosis anteriores de la misma vacuna. Ten la misma precaución si eres alérgico a algún componente del medicamento. 

Antes de los 12 meses de edad no se debe administrar la vacuna triple vírica. Está contraindicado aplicar las vacunas de virus vivos en embarazadas. Estas pueden interferir en el desarrollo del feto. Si presentas inmunodeficiencia no deberás recibir vacunas de gérmenes vivos. Ante enfermedades agudas como fiebre alta, crisis asmática, cardiopatía y otras de igual importancia no te vacunes para garantizar tu seguridad.  

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¿Qué tan seguras son las vacunas?

Existen preocupaciones en cuanto a la seguridad de las vacunas y la posibilidad de que tengan efectos dañinos. La Organización Mundial de la Salud considera que estos medicamentos son seguros y eficientes. Atraviesan por rigurosas pruebas durante sus fases de ensayo e investigación para ser admitidas o no como efectivos. Los exámenes de evaluación continúan incluso después de la comercialización del producto.

Las vacunas seguras y con licencia son sometidas a estudios durante un largo tiempo. Primero antes de que se recomiende se evalúa en laboratorios, proceso que puede durar muchos años. De los resultados obtenidos la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) decide probar el uso del fármaco en seres humanos.

En los ensayos clínicos, el candidato vacunal es administrado a voluntarios humanos. Las primeras pruebas se realizan con 20 a 100 personas, en las siguientes fases se incluyen miles más. Esto es así porque el proceso puede durar años y se necesita estudiar los efectos que causa la vacuna a mediano y largo plazo. También se busca determinar qué dosis tiene un mejor rendimiento, cómo reacciona el sistema inmune ante ella y la seguridad del medicamento.

Cuando se aprueba el uso de la vacuna esta continúa bajo evaluación. La productora que las fabrica estudia los lotes de producción buscando una buena calidad. Se evalúan parámetros como la potencia, la pureza, y la esterilidad de las muestras. Los resultados son analizados por la FDA para garantizar el cumplimiento de la seguridad del producto.

Importancia de vacunarse

Las vacunas son una de las medidas sanitarias que aportan un gran beneficio a la humanidad, tanto a enfermos como a personas sanas. Nuestros cuerpos al vacunarnos quedan fortalecidos ante enfermedades que en otras épocas causaban innumerables muertes y epidemias. 

A través de estos medicamentos se consiguió eliminar la viruela, el sarampión ya dejó de ser una amenaza recurrente y ya no aparecen casos de tos ferina. Actualmente ya casi se está eliminando la poliomielitis, tétanos, hepatitis B entre otras enfermedades que causan traumas graves en humanos. 

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Importancia de la inmunidad colectiva

Una vez que se vacuna del 75% al 90% de la población se hace casi imposible el avance de los microorganismos atacados. Nuestros cuerpos al vacunarnos reciben los beneficios de inmunidad. Estos al extenderse por casi todas las personas frenan la transmisión de enfermedades en una población. De esta forma incluso quedan protegidas las personas que no han recibido dosis del medicamento ya sea por contraindicaciones u otra razón.

Al recibir estos fármacos no solo te proteges a ti mismo de amenazas a tu salud, sino que también cuidas a las personas a tu alrededor. Vacunarse es necesario para mantener una vida sana y sin riesgos de enfermedades mortales que ya no tienen porqué afectar. Todo está al alcance de una vacuna.