Importancia de la dieta en la lucha contra la COVID-19

Varias de las comorbilidades más frecuentes que padecen los pacientes infectados en estado crítico se relacionan con la alimentación. La obesidad, la Diabetes mellitus, la hipertensión, las insuficiencias renal y hepática, son solo algunas de ellas. La obesidad, por ejemplo, es causada por una mala dieta. La diabetes es una alteración del sistema digestivo. La hipertensión puede tener su causa en la obesidad, el exceso de consumo de sal y la deficiencia de potasio. Lo mismo ocurre con las insuficiencias orgánicas.

Hay enfermedades depresoras del sistema inmune, que no tienen su causa directa en la alimentación. Aún así, quienes las padecen necesitan una nutrición reforzada (y dietas especializadas) para curarse o mantenerlas a raya. Tal es el caso del cáncer y el sida, comorbilidades significativas para los pacientes de COVID-19.

No son pocos los síntomas de la COVID-19 que evidencian la importancia de la dieta. Las náuseas, diarreas y vómitos traen como consecuencia una desnutrición temporal. A ello puede añadirse la falta de apetito provocada por la fiebre y la pérdida del gusto y el olfato. Se han dado casos de pacientes de COVID-19 que han llegado a la semi-inanición por estos mismos factores. Por tanto, en momentos así, es esencial realizar la mejor dieta alimenticia posible.

Hay un elemento que debe ser tenido en cuenta. Cuando el cuerpo batalla con una enfermedad, requiere cantidades extra de nutrientes y energía. Las células, órganos y tejidos, además de realizar sus funciones cotidianas, deben luchar contra agentes dañinos y reponerse. Esto hace que consuman más energía de lo normal y de faltarle el “combustible”, no pueden funcionar correctamente.

Otros síntomas provocados por el SARS-Cov-2 son tos, insuficiencia respiratoria y fibrosis pulmonar. De ahí la importancia de la dieta con alimentos regeneradores para la reparación de los tejidos del sistema respiratorio. Un síntoma secundario de la COVID-19 es la deshidratación, esta disminuye con una ingesta apropiada de agua y líquidos.

Como se decía anteriormente, es fundamental consumir alimentos líquidos. Aunque estos no deben sustituir el agua. Se recomienda la ingesta de caldos, jugos, infusiones y té. Respecto a las comidas altas en calorías, como dulces, refrescos, pizzas y hamburguesas, hay dos aspectos de interés. Por un lado, pueden ser útiles, pues en una enfermedad las necesidades energéticas aumentan. Pero por otro lado, no contienen las proteínas, vitaminas y minerales necesarios, por lo que es mejor consumir alimentos más nutritivos.

Para protegerte del coronavirus, los alimentos que más ayudan son aquellos que contienen una gran diversidad de nutrientes. Por ello la importancia de la dieta balanceada, la cual también suplirá los requerimientos energéticos. Son fundamentales las frutas y verduras como tomates, vegetales de hoja verde y cítricos, así como los cereales y legumbres. En menor proporción, pero también indispensables, son los productos lácteos como leche y yogurt y proteínas como pescado y huevo.

En la lucha contra la COVID-19 es necesario no solo nutrirse adecuadamente, sino también evitar el contagio. Para ello debes tomar ciertas medidas de cuidado e higiene cuando los compras, preparas e ingieres. En primer lugar, evita ir al supermercado cuando haya grandes aglomeraciones de personas y mantén la distancia. Asimismo, evita comer alimentos elaborados en puestos de la calle, cafeterías y restaurantes.

Antes de prepararlos, lava tus manos a profundidad, hazlo también con las frutas y verduras. Friega y desinfecta los envases que vayas a utilizar para cocinar. No compartas utensilios como vasos y cucharas. Evita hablar mientras cocinas, en caso de tener que hacerlo, utiliza mascarilla o apártate de la comida.

La COVID-19 es una enfermedad que puede ser controlada desde muchas aristas. Las medidas higiénico-sanitarias para la manipulación de alimentos son útiles para impedir la infección del virus. La correcta alimentación ayuda a reforzar el sistema inmune y evita padecimientos que agravan la enfermedad. Es innegable, por tanto, la importancia de la dieta para luchar contra la COVID-19.