¿Por qué a los bebés les gusta chupar tete?

La gran mayoría de los niños han tenido la experiencia de chupar tete. Suelen llevarlos a todas partes y los calma en situaciones de miedo, sueño o hambre. El hecho es que casi todos conocemos de cerca los chupetes, así que sabemos lo importante que son para los bebés. 

El instinto de succión, la razón de chupar tete

Los instintos primitivos tienen su expresión en todos los momentos de la vida, así que no debe extrañarte que en tu etapa más joven, también se manifiesten. Los bebés nacen con la tendencia a absorber cualquier elemento que caiga entre sus labios, suelen hacerlo con sus dedos y con los primeros objetos que tengan cerca. No tienes por qué asombrarte, es completamente normal que chupen el tete cuando se los das.

Chupar tete, una necesidad prioritaria

Chupar tete es un impulso del niño, pero esto no debe ser cambiado por la lactancia. Con ella adquieren los nutrientes necesarios para su desarrollo inmunológico, psicológico y físico. Además el chupeteo no solo permite alimentar al recién nacido, sino que genera una sensación placentera que reconforta y brinda seguridad. Esta es la razón del empleo del chupete, cuando no están lactando, el tete toma su lugar y el nené concilia el sueño con más facilidad.

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Beneficios de Chupar tete

Existen marcados beneficios que tendrá tu bebé si mantienes el tete como una práctica habitual.

Ofrece distracción al bebé: Si necesitas llevar a tu infante al hospital, al trabajo o algún sitio y quieres que esté tranquilo, darle un chupete puede convertirse en la distracción ideal. El chupeteo captará la atención de tu bebé.

Ayuda a las regulaciones corporales del bebé durante el vuelo: Durante el transporte en avión, los humanos adultos regulan su presión interna, de esta forma no se ven afectados por el ascenso. Sin embargo, para los recién concebidos resulta un problema difícil, al no tener aún desarrollado el mecanismo autónomo para ello. Por esto, chupar tete contrarresta este efecto de la subida de una manera simple y divertida. 

Reduce el peligro de ocurrencia de Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL): La ciencia ha demostrado que el tete posee un vínculo directo con la disminución del peligro de muerte súbita. Principalmente su uso en los horarios nocturnos previene la amenaza y mejora el estado del bebé.

Contraindicaciones del tete

Los chupetes también tienen contraindicaciones, debido a que pueden entorpecer procesos naturales que atentan contra el desarrollo. Por esto es importante que los conozcas.

Chupar tete a edades muy tempranas puede interferir con la lactancia: Existen diferencias profundas entre los chupetes y el pecho femenino. Si bien podría parecerte que son similares, recuerda que tu bebé tiene una increíble sensibilidad, por lo que nota las diferencias. Es decir, si lo acostumbras al chupete, no se sentirá incómodo cuando lo lleves con su madre, por lo que irá acortando el ciclo de lactancia.

El chupete puede crear dependencia: Un problema que se presenta a menudo es que el niño no puede evitar llorar cuando el chupete cae de su boca. Esto sucede por la costumbre de tenerlo siempre. Es recomendable que dosifiques su uso para que no se convierta en un elemento permanente del infante. 

El uso prolongado del chupete puede dañar la dentadura: Si bien en el corto plazo no verás afectaciones, si excedes el tiempo en el que deberías retirar el chupete, este comenzará a generar malformaciones dentarias. Esto es una deformación que puede traer graves consecuencias a la salud física y emocional de tu hijo en el futuro, así que debes evitarlo.

Recomendaciones para el chupeteo de tu bebé

Si ya has tomado la decisión de darle el chupete a tu bebé deberás saber que existen ciertas recomendaciones para hacerlo más seguro.

Espera a solidificar el periodo de lactancia: Introduce el chupete en un tiempo de alrededor de 4 a 6 semanas, antes de esto, crea una rutina de lactancia. El hábito te permitirá reducir el riesgo de dependencia y al mismo tiempo instruir a tu infante con normalidad.   

No siempre lo pongas a chupetear: Alterna las soluciones que das a tu bebé en situaciones de llanto. Es decir, mimarlo y mecerlo también puede ser efectivo y no implica usar un chupete. Una buena idea es ofrecerle el tete solo entre comidas o después de comida.

Usa chupetes de una sola pieza: Ten varios chupetes idénticos, del modelo que acostumbres a tu bebé. Prefiere siempre los de una sola pieza, tienden a romperse menos y no irán perdiendo partes que pueden ser tragadas accidentalmente por el niño.

Mantenlo limpio: Debes mantener el chupete limpio, recuerda que las superficies suelen estar llenas de bacterias y virus, así que si te descuidas puede enfermarse a través del accesorio. Revisa las indicaciones del chupete antes de limpiarlo, algunos no pueden ser lavados con cualquier sustancia y solo conseguirás disminuir su vida útil.

Deja al bebé hacer lo suyo: No debes estar intentando todo el día que use el chupete, que no se le caiga o que quiera usarlo, déjalo sentirse cómodo a su tiempo. Tu pequeño irá marcando poco a poco sus propios ritmos respecto al asunto.

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La edad perfecta para dejar los chupetes

Si bien chupar tete puede generar dependencia, tu bebé debería ser capaz por sí solo de ir dejando poco a poco el hábito a partir de los 2 años de vida. Desde entonces y hasta los 4 años aún podrás verlo de tiempo en tiempo. Sin embargo, a veces te será más difícil que esto ocurra, por lo que acceder a ayuda especializada o soportes alternativos es aconsejable.

Si no logras retirar el tete a tiempo tendrás complicaciones grandes. Tu bebé, puede desarrollar una mordida inferior abierta, el teteo empuja los dientes y cambia la distribución normal de la dentadura. Además, también hay afectaciones del habla y del lenguaje relacionadas al chupete. No significa que uno conduce al otro, sino que puede agravarlo considerablemente.