Datos curiosos sobre la adicción a los videojuegos

Algunas personas creen que la adicción a los videojuegos es un mito, pero está lejos de serlo. Muchos niños, jóvenes e incluso adultos de todo el mundo se vuelven dependientes de sus consolas u ordenadores. Si no lo llevas con cuidado, un simple juego puede adueñarse de tu vida.

Existen muchos datos que debes conocer sobre esta cada vez más común adicción. ¿Cómo saber si tú o algún conocido la sufre? ¿Qué daños trae consigo? Continúa leyendo y entérate.

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A pesar de que esta es una enfermedad seria y no debe tomarse a la ligera, tampoco es bueno exagerar. 

Principalmente los más ancianos, suelen preocuparse cuando los jóvenes tienen los videojuegos como afición. En su juventud no existían y les gustaría que sus hijos o nietos hicieran actividades más físicas. 

Sin embargo, si eres aficionado a los videojuegos, no significa que seas adicto. El simple hecho de jugarlos asiduamente o incluso todos los días no te califica como tal. De hecho, muchas personas los usan y también practican deportes y otras actividades. 

Entras dentro del calificativo de adicto si tienes una conducta mucho más extrema que solamente jugar un rato. ¿Qué tipo de conducta? Más adelante lo encontrarás de forma detallada.

En muchos videojuegos se crean comunidades, pero solo de forma virtual. En el espacio físico, se suelen jugar en solitario. Por ello, los adictos suelen aislarse del resto de la sociedad. Dejan de encontrarse con amistades incluso familiares y se aíslan en su casa o habitación.

El aislamiento social, además de un síntoma, puede ser una causa de la adicción a los videojuegos. Sobre todo, en situaciones como la del coronavirus, donde se hace estrictamente necesario. ´

Al estar aislado, puedes verte seducido por los videojuegos, por diversión o para interactuar con otras personas. Si es así, ten mucho cuidado. No quieres terminar demasiado enganchado y luego no poder regresar a tu vida normal.

Este síntoma se ve, sobre todo, en personas con muchos problemas personales o con familias disfuncionales. ¿Alguna vez has jugado para liberar estrés? Algunos adictos van más allá. Utilizan los logros en el juego como compensación por los problemas o fracasos de la vida real.

Este es un síntoma muy peligroso de la adicción a los videojuegos. Pudieras llegar a apreciar más tu vida como personaje virtual que como persona real.

¿Te ha pasado que estás jugando y no sabes cuánto tiempo ha pasado? Imagina si te pasara todo el tiempo. 

No solo pasarías más tiempo del debido frente a la pantalla de tu ordenador o televisor. También perderías el momento de realizar otras actividades importantes en tu vida. Pudieras llegar, en un caso muy extremo, a jugar varios días sin parar.

Si eres aficionado a los videojuegos, debes saber que a veces la postura se vuelve incómoda. Debes pasar horas sentado frente a la pantalla. Durante ese tiempo, te sientas derecho, te inclinas a un lado, al otro y así todo el tiempo.

La mala postura y el pasar demasiado tiempo sentado o acostado puede provocar distintos problemas en tu cuerpo. Entre ellos, daños en los huesos, la circulación sanguínea o las articulaciones. Las zonas más deterioradas suelen ser los muslos, la espalda y las manos.

Ciertas situaciones pueden entorpecer o cortar de forma abrupta una partida. En esos casos, una persona con adicción a los videojuegos suele sufrir de ataques de ira. Si algún conocido tuyo rompe adornos, golpea muebles o, a sí mismo, ante esas circunstancias, probablemente sufre dicha enfermedad.

También puedes apreciarlo, en el caso de los niños, si sus padres o tutores les limitan el tiempo de juego. Suelen responder con episodios violentos y pueden llegar a agredir a otras personas.

Superar la adicción a los videojuegos no es tan fácil. Puede llevar mucho trabajo. Necesita, además, del interés se quien la padece para superarla. 

Pero si algún familiar o conocido tuyo es adicto a los juegos, de seguro querrás saber cómo actuar. A continuación, lee cuáles son los pasos recomendados para tratar a esas personas.

No por gusto salen, constantemente, nuevos juegos o actualizaciones de los ya existentes. Aunque en un principio nos haya enganchado, jugar mucho tiempo a lo mismo puede volverse aburrido. 

Por eso, una buena opción es evitar que el adicto adquiera nuevo material. Al carecer de logros y estímulos novedosos, puede que termine rechazando eso que en un principio le encantó.

Puedes rebuscar entre los gustos de esa persona y encontrar algún pasatiempo que pueda interesarle. Si logras que empiece a ocupar su tiempo en otras actividades, tendrás buena parte de la lucha ganada.

Al tener otras prácticas, el adicto se aleja del ciclo del videojuego. Además, gana nuevas rutinas y pensamientos que lo estimulan.

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Eliminar tajantemente el tiempo de juego de una persona con adicción a los videojuegos no es lo más recomendable. Si lo haces, lo llevas a una situación de hostilidad. De seguro responderá buscando, por todos los medios, la manera de romper la imposición.

Es preferible permitirle seguir jugando, pero con un tiempo limitado que le permita realizar otras actividades.