Jabones hidratantes ¿Son realmente beneficiosos para nuestra piel?

La piel es una estructura compleja con importantes funciones. Cuidarla y protegerla de factores tanto internos como externos permite que se mantenga siempre fuerte y saludable.

Al ser un órgano sensible es fácil que pierda suavidad e hidratación, más si no acudimos a productos que la proporcionen o si los que se usamos a diario no tienen las propiedades adecuadas. Es por eso que los llamados “jabones hidratantes” han llegado al mercado con estos objetivos: corregir los propios estados de sequedad y aspereza y evitar la deshidratación. A pesar de todo lo que ayudan, ¿realmente llegan a hidratar ? 

Son productos usados para la higiene personal que están generalmente elaborados de aceites y esencias, sin contener ingredientes químicos que dañen o irriten la piel. Mantienen además un pH neutro o ácido, por lo que el oxígeno natural del propio órgano no se ve afectado.

Pueden existir de varios tipos y marcas, entre estos se destacan:

• Jabones de azufre o de aceite de oliva
• Jabón negro nórdico (Natura Siberica Detox)
• Jabón purificador de lodo (AHAVA), de leche de cabra o de manteca de karité
• LDREAMAM
•  Aleppo
• SEGMINISMART
• Dove
• CeraVe Limpiador hidratante
• Palmolive Neutro Balance

Los jabones convencionales pueden causar ciertos daños a la piel variando su pH (el de la piel es de 5.5 y el de ellos 10 y hasta 11). Pueden expulsar también aceites naturales que vuelven la piel susceptible a grietas y a irritarse e incluso llegar a eliminar bacterias no perjudiciales en el microbiota de nuestro organismo.

En cambio, los jabones hidratantes al tener alto contenido en aceites y un pH neutro (pH=7) o ácido (igual que el de la piel) no dañan el manto acídico de la piel. Tampoco causan sequedad, picor o algún tipo de inflamación.

Se elaboran en tres tipos de formas:

• Sólidas (cristales y polvos)
• Semisólidos (gel, cremas y pastas)
• Líquidas

Los ingredientes elementales que lleva su formulación son:

• Aceites esenciales
• Hidratantes (glicerina, sorbitol, lanolina)
• Antioxidantes y quelantes (fragancias y grasas)
• Reguladores de pH (Ácido láctico, cítrico)

En sí los jabones hidratantes más que hidratar tu piel evitan que se deshidrate. Aunque esto suene contradictorio, su mecanismo consiste solamente en limpiar e impedir que la piel quede desprovista de agua, pero no en añadirle más de la que existe de manera natural. Por eso más que un efecto farmacéutico estaríamos hablando más bien de una sensación. 

La glicerina que contienen al ser higroscópica posee la capacidad de captar el agua del medio externo. Esto quiere decir entonces que donde apliquemos este producto, el estado de frescura y humedad será eminente. Pero al encontrarse en concentraciones bajas (8-15% de la formulación) no llega a causar una hidratación total sino disminuir el grado de desecación. 

Por tanto, los jabones hidratantes sí mejoran la textura y la apariencia de pieles secas, pero nunca como una crema u otro cosmético elaborado concretamente para la función de hidratar. Aun así, son productos más saludables que los fabricados convencionalmente y esto los hace idóneos para su uso en el aseo.

A veces estos términos llegan a confundirse y necesariamente no son lo mismo.

Una sustancia hidratante es aquella que es capaz de restaurar los niveles de agua de la piel de manera natural, posibilitando que las células posean la cantidad suficiente para realizar sus funciones metabólicas.

Los humectantes por su parte son un tipo de producto que al absorberse en la piel ayudan a retener el agua. También actúan como barrera protectora y evitan que el contenido acuoso se evapore, protegiendo así la piel de factores dañinos.

Entre los múltiples beneficios que ofrecen podemos citar:

• Proporcionan suavidad y elasticidad a la piel 
• Adecuados para tratar la sequedad
• Para todo tipo de piel, en especial las sensibles
• Limpian a profundidad sin resecar
• Son buenos antioxidantes y tónicos
• Estimulan la regeneración de células muertas
• Impiden eficientemente la acumulación de grasas e impurezas

Como todo en la vida lo bueno también puede tener sus inconvenientes:

• Poseen una alta concentración de glicerina que imposibilita la producción de gran cantidad de espuma
• Llegan a disolverse muy rápido si se dejan mucho tiempo en agua o en aire, expuestos a humedad
• Son generalmente más caros que otros productos de higiene
• No son hipoalergénicos, por lo que los aditivos que logren causar en la persona un estado de hipersensibilidad desencadenará en consecuencia reacciones alérgicas