Al menos 379 personas han fallecido por tomarse selfies ¿Sabes por qué?

Hubo más imprudentes que siguieron su ejemplo. A parte en 2016 pasó un evento terrible con una turista alemana de 51 años, Oliver Pats. Perdió la vida mientras se autofotografiaba desde un risco en el Machu Picchu. Un caso sorprendente resulta el de la influencer Sofia Cheung. Le gustaban las fotos, por ejemplo, con poses de yoga en las cúspides de alguna montaña. Por desgracia murió en julio de este año al intentar una selfie en una cascada del parque Ha Pak Lai. Según los testigos, perdió el equilibrio y cayó en la piscina de las cataratas. Cheung se ubicaba a unos cinco metros de altura.

Debido a todo esto la Fundación iO expuso las ubicaciones más peligrosas para selfies en el mundo. Señalan las cataratas del Niágara, en la frontera de Canadá y Estados Unidos. También ponen énfasis el Glen Canyon, en E.U, el “Taj Mahal” y el valle de Doodhpathri, India. Otros sitios catalogados como peligrosos para tomarse fotos son el Charco del Burro en Colombia. Incluye la playa de Penha de Brasil, la catarata de Mlango de Kenya. Se encuentra además los montes Urales en Rusia, la isla “Nusa Lembongan” de Indonesia y el archipiélago de “Langkawi” en Malasia.

Luego de Rusia, Estados Unidos y Pakistán va España, con muchos infortunios por selfies. Una mujer de 28 años mientras se fotografiaba con unas amigas murió. Estaba en una azotea de Barcelona en noviembre de 2020. A parte una adolescente de 14 años que cayó desde una claraboya en Madrid en marzo de ese año. En el mes de mayo, una joven noruega de 24 años cayó desde una terraza. Se posicionaba en el noveno en Marbella.

Además la última tragedia en España fue el pasado septiembre. Una joven de 26 años se cayó desde el Castillo de Benidorm. Intentaba una selfie con una amiga. Solo un descuido hizo que la joven se precipitara desde unos 20 metros de altura por el acantilado hasta el mar.

Manuel Linares Rufo, presidente de la Fundación iO estudió las causas de que tantos hayan fallecido por tomarse selfies. Explica que: “Las redes sociales premian los contenidos extremos. Funcionan con unas dinámicas por las que son estos los que logran captar la atención. El premio de hacerse una selfie muy arriesgada es la valoración social. Te proporciona una sensación de adrenalina con cada like que recibes… Lleva a algunas que necesitan más esta validación social a adentrarse en nuevas vías en busca de límites…. Ahí se encuentra la capacidad de cada uno de medir si ese premio merece la pena por el riesgo…”

El psiquiatra Enrique García Bernardo refuerza la idea de Linares Rufo. Menciona que el incremento de las muertes por las selfies se debe en gran parte a las redes sociales. Comenta al respecto: “Estas imágenes se han convertido en una forma rápida de conseguir un reconocimiento inmediato, fácil y superficial. Lo que más cotiza son los seguidores y likes. No tanto el logro que se obtiene a través de lo elaborado. Resulta un mecanismo social de reafirmación que se extendió en los últimos años”. Señalan los expertos que: «La creencia de que posar al lado de las vías del tren con tu mejor amigo es amistad sin fin”.

El mayor número de incidentes con selfies han tenido lugar en la India. Ha llevado a declarar determinados lugares que no se permiten tomar fotos. Linares Rufo cuenta que: “En cierta medida, el trabajo es heredero de la pandemia. Con ello se desarrollan muchas herramientas que ahora podemos utilizar para fenómenos como este y ayudar a hacerles frente. Una opción sería identificar los lugares más peligrosos y avisar sobre ello a quienes los visitan…”

Por otro lado el Ayuntamiento de Benidorm, en España, comenzó a combatir esto: “La Policía Local incluye la vigilancia de los puntos más sensibles en sus reuniones diarias de seguridad…Agentes intervienen ante la mínima conducta de riesgo, incluso utilizando los drones que vigilan lugares muy frecuentados. Queremos estudiar cómo introducir este asunto en las charlas que los agentes dan en los colegios. De esa forma transmitirles la necesidad de que se eviten estas conductas”

Como ves muchos han fallecido por tomarse selfies en lugares increíbles y riesgosos. Su afán por recoger el momento y publicarlo los llevó a perder la vida. La peor parte es que aún se mantiene esa falta de conciencia ante el peligro que las redes sociales aumentan. Ten cuidado la próxima vez que vayas a fotografiarte en algunas vacaciones, vela primero por tu seguridad.