Animales invaden ciudades durante la cuarentena

Los hombres siempre hemos considerado este mundo nuestro. Cada cosa hecha, cada decisión tomada, todo ha sido en base de nuestros propios intereses. No nos hemos molestado en pensar, que no vivimos solos y que poco a poco; cada una de las acciones asumidas, van matando a gran parte de nuestro planeta.  

Con la llegada del nuevo coronavirus, la amenaza a la humanidad ahora es inmediata y la Tierra tiembla por el peso de los muertos. Sin embargo, otras especies, que un tiempo se vieron afectadas por personas indolentes, que no aceptan vivir en un ecosistema compartido; empiezan a tener un poco de paz.

Tras la cuarentena y las medidas de aislamiento que esta ha traído consigo, los humanos sufren de encierro y los animales gozan de libertad. Poco a poco, el planeta viaja al pasado y ahora vuelven a ser los animales los dueños de la Tierra.

Se han invertido los papeles y ya nadie caza, ni quita vidas salvajes, ahora son ellos quienes buscan un lugar en las ciudades desoladas. Puede que se les llame oportunistas, pero en mi opinión, los animales invaden ciudades en busca del lugar que se les fue arrebatado.

Animales invaden ciudades de España

Las más pobladas regiones del planeta Tierra, con sus gigantes construcciones y enorme desarrollo, han vuelto a poblarse de vida animal.

En Asturias, se ha comprobado mediante imágenes, la aparición nocturna de un oso que, aprovechando el aislamiento social provocado por el virus; pasea a sus anchas por las calles de Cagas del Narceo, en Ventanueva.

Por otro lado, en Barcelona, también los animales invaden ciudades. La montaña de Collserola, ha sido siempre el sitio de los jabalíes, nunca el centro de la urbe. Sin embargo, se afirma que luego de esta situación, en las calles y avenidas se han visto más de una vez a estos animales salvajes; yendo de un lado al otro y removiendo en los jardines.

Tanto en Madrid, como en Oakland, California, se ha notado la presencia de pavos salvajes en dirección al centro de la ciudad. Evento bastante extraño, debido a que dichas especies no tienden a dejarse ver por el ojo humano. Siendo su hábitat natural áreas colindantes y territorios libres de personas.

Pero no solo, regiones principales como la capital y Barcelona, se han visto invadidas. También al sur de España, específicamente en el pueblo de Chinchilla, varias cabras se detectaron por personas, paseando tranquilamente por la calle.

En todo el mundo, los animales invaden ciudades

Este fenómeno, se ha salido de las fronteras españolas para extenderse por todo el mundo con una magnitud enorme. Sin salir de Europa, podemos decir que en Italia, algunos trabajadores afortunados, han tenido el privilegio de observar, como delfines del adriático, nadan en las aguas de Cagliari en Cardeña.

Pero si nos movemos hacia el oriente, en Japón, algunos siervos del parque adyacente a la ciudad de Nara, han reunido su manada para tener un maravilloso y tranquilo paseo por las calles centrales. Pues ya el miedo a ser cazados, no existe.

Por otro lado, en Estados Unidos, los animales invaden ciudades y toman el protagonismo en el ecosistema de este país. Los días de cuarentena han facilitado la visita de varios coyotes al centro de San Francisco. Estos, propios de las regiones periféricas, se adentran en la ciudad con el propósito de encontrarse un lugar allí.

Debido a esta manifestación paranormal, los zoólogos de la Universidad de Massachusetts, analizan con detenimiento los efectos negativos y los riesgos que corre el país con la presencia de los zorros y coyotes en las avenidas.

La rebelión de los animales durante la cuarentena

En un tiempo, el hombre dominó la Tierra y eran los animales quienes se escondían y escapaban de toda caza indiscriminada. Hoy somos nosotros, quienes, aterrorizados con el azote de un virus mortal, nos refugiamos en nuestras casas y sin saber, le comenzamos a dar paso al nuevo desarrollo del mundo animal.

Si bien es cierto, que hay cosas que nunca serán posibles, como delfines en las aguas de Venecia. Si es verdad que el descenso de la contaminación en sus canales; les ha permitido a especies como los cisnes, nadar a sus anchas.

Las especies más beneficiadas con este nuevo cambio, han sido los insectos con alas y los arácnidos. Quienes no dudan en aprovechar el mínimo suceso, para adentrarse en nuestro hábitat.

Sin embargo, los leopardos se acostumbran a la buena vida, de pasear libremente por las calles hindúes y los zorros en Londres, muestran que los grandes carnívoros no están dispuestos a dejarse intimidar, por una especie que hoy se esconde tras las paredes de un edificio.

Los animales se posicionan como dueños del mundo

Los animales invaden ciudades, no porque de repente fuera algo que se les ocurrió hacer, sino porque han notado que la humanidad permanece en silencio. La rutina y la costumbre, no permitió darnos cuenta, de que el planeta, de no ser por las personas, sería mucho más tranquilo y equilibrado.

Todas las instalaciones, fábricas, empresas y maquinarias, emiten ruido y sustancias que demuestran, que es el hombre quien tiene el control. Al desaparecer esto, los animales entienden, que es su oportunidad de rescatar su lugar en la Tierra y hacen todo lo posible por regresar a como era en un inicio.

No a todos los animales les favorece la cuarentena

Pero las cosas no siempre suelen ser perfectas. No todas las especies serían más felices sin la presencia de las personas. Hay varias, que con el paso del tiempo, han sentido la necesidad de estar cerca de los humanos.

Estas, tras la necesidad que les supone ser alimentadas, emprendieron una desesperación total y temen por sus vidas, tal es el caso de las gaviotas en España.

Por otro lado, en diversos sitios como en Benidorm, las palomas atacan a las personas exigiendoles alimentos. Incluso, han llegado a, unos con otros, disputarse frutas, como es el caso de los monos en Tailandia.

Sin embargo, aunque hoy las cosas parecen haber cambiado un poco, está probado que, cuando el hombre retome su vida cotidiana y termine este período de cuarentena, todo regresará a la normalidad. Las personas serán capaces de volver a reinar en el planeta y los animales retornarán a su hábitat.