Así se obtiene la sal para cocinar

El principal lugar para obtener sal mediante la evaporación del agua salada, son las salinas. Esta sencilla técnica se ha utilizado desde el neolítico hasta la actualidad. Para ejecutar el proceso, se conduce el agua salada a través de una red de canales. Esta es llevada a unas estructuras que suelen ser de madera o piedra, denominadas “granjas”.

Cuando el agua llega a las granjas, se acomoda en parcelas rectangulares de 15 o 20 centímetros de profundidad. La disolución va pasando por varias fases, según la concentración de sal en el agua, hasta que la última se evapora. La sal toma forma de pequeños cristales, entonces se recoge y se pone a secar para eliminar cualquier resto de agua.

Existen varios tipos de salina. En las tradicionales, la sal se seca por los factores naturales del sol y el agua. Existen también unos locales especiales llamados terrazos, en los que la sal está protegida de la lluvia. En estos últimos, pueden cultivarse cianobacterias, en cuyo caso la sal tomará un color azulado. Además, las salinas también pueden clasificarse en artesanales o industriales.

El agua de las salinas puede provenir del mar o de los manantiales de agua salada. Debido a que el 2.7 % del peso del agua de mar está compuesto por sal, esta es ideal. De un kilómetro cúbico de agua marina es posible sacar hasta 78 millones de toneladas de sal. Esta opción no solo es sostenible, sino también muy económica.

Cuando no es posible utilizar el agua de mar, puede obtenerse la salmuera de manantiales de agua salada. Esta agua en ocasiones consiste en una especie de lodo salino que hay que colocar al fuego. Así se obtiene la sal para cocinar. El fuego no solo favorece la evaporación, sino que elimina posibles bacterias, además, es la única opción de países fríos.

Las minas de sal son utilizadas desde la antigüedad, a pesar de no ser una fuente ilimitada como el mar. Este tipo de minas suele tener paredes de 7.5 metros. La sal obtenida en ellas es de color blanco intenso, por lo que se le conoce como “oro blanco”. Varios países europeos son conocidos por sus minas de sal, particularmente Alemania y Polonia. En Polonia, Wieliczka, se encuentra una de las minas de sal más grandes del mundo.

La minería de sal se ejecuta de dos maneras, en dependencia de las características particulares de la mina. Una de ellas consiste en extraer el mineral y luego pulverizarlo, hasta que tenga el tamaño requerido. En ocasiones, la sal está más mezclada, entonces para extraerla es necesario bombear agua. Esta agua se disuelve con el mineral y forma un lodo-salmuera que luego es puesto a secar. Así se obtiene la sal para cocinar.

Además de las minas, están los salares, que como se mencionó, son antiguos lagos ya secos. En el período cámbrico, hace millones de años, lagos y mares se afectaron dando lugar a estos depósitos de sal. Algunos sitios presentan domos salinos, otros incluso montañas de sal. En Turda y Slănic, ciudades de Rumania, pueden verse estas montañas. Cerca de los montes Zagros, en Irán, la sal se depositó en las pendientes de los montes. Esto hace que tengan apariencia de glaciares de hielo y se les dé el nombre de “glaciares salinos”.