Hallan en Hawái mensaje en una botella que viajó desde Japón hace 37 años atrás

Una tarde apacible en las cercanías del poblado de Hilo. En el centro de la trama una pequeña de sólo nueve años. Un periodo de visita familiar en Keaau como cualquier otro está a punto de cambiar. Su tarde de juego en el Parque Paraíso terminaría con un hallazgo: un mensaje en una botella.

Si no fuera parte de una historia real, ciertamente podría confundirse con una trama hollywoodense. Pero, Abbie Graham en verdad encontró ese frasco de vidrio. Según los medios locales, el objeto tenía una misiva con un mensaje en tres idiomas. ¿Qué contenía la botella?

Al interior del recipiente la pequeña Abbie encontró un formulario de contacto en tres idiomas: japonés, inglés y español. Además, se instaba a quien realizara su descubrimiento a devolver el recipiente. Pero no resultaría sencillo.

La botella provenía de una institución escolar japonesa y para su devolución la noticia debería cruzar una vez más 6000 km. La distancia viajada por la botella a lo largo de no menos que 30 años.

Para alegría de los amantes de las historias increíbles la niña y sus padres se entregaron a la tarea de cumplir con el cometido. Fue necesario el empleo del tradicional correo para informar sobre el descubrimiento y sus coordenadas. Finalmente, el pasado 3 de septiembre el mensaje en una botella regresó a su punto de salida.

Sin dudas, se trata de un suceso extraordinario si se le piensa con detenimiento. Sin embargo, lo más inverosímil está por llegar. ¿Te animas a conocer el origen de este mensaje en una botella?

Te sorprenderá descubrir que los mensajes en una botella no son sólo asunto de románticos. Los estudiosos del mar los han empleado como herramienta de investigación desde la antigüedad. Se cuenta que el filósofo griego Teofrasto, discípulo de Aristóteles utilizó este método. Su propósito era demostrar que el Océano Atlántico se encontraba con el Mar Mediterráneo. Aunque nunca recibió respuesta ahora sabemos que el Estrecho de Gibraltar es la conexión.

Su método, sin embargo, ha trascendido hasta nuestros tiempos. En la actualidad los oceanógrafos emplean este tipo de recursos para todo tipo de situaciones. Estudio de corrientes oceánicas y hallazgo de rutas de navegación más directas. Incluso se han lanzado campañas para el cuidado de la vida marina mediante esta vía. Por ejemplo, en 2019 la Fundación Oceanografic lanzó un proyecto de este tipo.

Por demás, te cuento que el mensaje en una botella más antiguo que se ha encontrado data del 12 de junio de 1886. Con casi 132 años de lanzado fue arrojado por un barco alemán llamado Paula como un experimento oceanográfico. En la actualidad, esta misiva del Observatorio Naval de Alemania se exhibe en el Museo de Australia Occidental. Institución perteneciente al lugar en que fue descubierto.

Otros hallazgos más emotivos han tenido lugar a lo largo de la historia y de seguro te animas a conocer los datos de algunos. Una hija recibe un mensaje de su padre. Dos jóvenes reunidos en el amor. El inicio de una amistad de cuatro décadas.

En 1915 un soldado británico llamado Thomas Hughes viajó a Francia y mientras se dirigía al frente escribió una carta para su esposa. Por algún motivo decidió poner el mensaje en una botella de cerveza y lanzarlo al Canal de la Mancha. Un pescador llamado Steve Gowan encontró la misiva que además solicitaba que se entregara a la Sra. Hughes. Fue así como en 1999 Emily Hughes recibió el mensaje escrito por su padre 85 años después.

Ake Viking, marinero sueco de 22 años envió al mar una botella para “una bella y lejana desconocida”. La carta llegó a las costas sicilianas y terminó en las manos de Paolina Puzzo, quien decidió responder a la misiva. Fue así como los dos jóvenes se enamoraron y terminaron felizmente casados.

Por último, te cuento el curioso caso de Sandra Morris y Rosalind Hearse. La primera de estas damas, escribió un mensaje en una botella a la edad de 9 años y lo lanzó al mar desde un crucero transatlántico. La carta dirigida a una posible amistad navegó desde algún lugar remoto entre Europa y Estados Unidos hasta ser encontrado en Gales del Sur por otra chica de la misma edad. Esa era Rosalind. Su amistad continuó por 40 años y al cumplirse este tiempo celebraron en la misma playa en que fue hallado el mensaje.