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Ciencia

4 formas en las que influye la Luna emocionalmente según la ciencia

Durante siglos ha existido una especie de conocimiento popular que asegura que hay una relación entre la influencia de la Luna y el comportamiento y crecimiento de plantas y animales.

Prácticamente todas las culturas orientales y occidentales cuentan con textos o tradiciones que señalan cuándo cultivar en función del ciclo lunar.

Sin embargo, la influencia de la Luna sobre las personas es algo que no ha sido estudiado a profundidad, excepto por la astrología y otras ciencias menos formales.

A pesar de ser el cuerpo celeste más cercano a nosotros, hay muchas cosas poco conocidas de la Luna.

Durante siglos ha existido una especie de conocimiento popular que asegura que hay una relación entre la influencia de la Luna y el comportamiento y crecimiento de plantas y animales.

Prácticamente todas las culturas orientales y occidentales cuentan con textos o tradiciones que señalan cuándo cultivar en función del ciclo lunar.

Sin embargo, la influencia de la Luna sobre las personas es algo que no ha sido estudiado a profundidad, excepto por la astrología y otras ciencias menos formales.

A pesar de ser el cuerpo celeste más cercano a nosotros, hay muchas cosas poco conocidas de la Luna.

Ahora, la ciencia está encontrando que si hay una influencia de la Luna sobre las emociones humanas o al menos una correlación estadística que respalda muchas teorías sobre este tema.

¿Hay una influencia lunar sobre el cerebro humano?

Por siglos se ha hablado de los «lunáticos», personas que enloquecen ante la influencia lunar, especialmente durante la fase de Luna Llena.

Incluso el mito del «Hombre Lobo» tuvo su origen en historias de hombres que atacaban a sus familias y amigos en arrebatos de furia durante esta fase.

En 2013 se realizó un estudio sobre el sueño en un grupo bajo ambiente controlado y se encontró que durante la Luna Llena tardaban más en dormirse y se despertaban antes que en otros momentos del mes.

Además, en esta fase lunar el tiempo que se mantuvieron en sueño profundo fue un 30% menor que en otros días del ciclo lunar.

El psiquiatra David Avery publicó un estudio realizado en 2005 a un paciente de edad media que sufría constantes cambios de humor y problemas de sueño.

Afortunadamente, este paciente era un ingeniero y tenía una obsesión por llevar un registro de sus cambios de humor, para «tratar de encontrar un patrón» que los explicara.

Avery no tardó en encontrar que los cambios eran cíclicos y se correspondían con las mareas oceánicas, que a su vez se relacionan con la influencia gravitacional de la Luna.

La influencia de la Luna en el trastorno bipolar de ciclo rápido

En 2019 el psiquiatra Thomas Wehr publicó un artículo en el que hablaba de 17 pacientes que sufrían una forma de trastorno bipolar de ciclo rápido.

Este trastorno se caracteriza por cambios de ánimo mucho más rápidos y marcados que en los casos normales de bipolaridad.

Wehr señaló que le intrigó la regularidad de los cambios y la similitud entre personas que ni siquiera se conocían.

Tras varias observaciones encontró que coincidían con los cambios de fase del satélite terrestre, por lo que no dudó en afirmar que sí podía haber una influencia lunar sobre estos pacientes.

Similitudes entre pacientes bipolares y los ciclos de la Luna

pacientes bipolares y los ciclos de la Luna
Han hallado relación entre ataques bipolares y ciclos lunares

Lo interesante de los estudios de Wehr es que la regularidad de los cambios de humor de sus pacientes coincidieron con la duración de las mareas oceánicas producidas por los cambios de fase lunar.

De hecho, descubrió que algunos cambios ocurrían cada 14,8 días mientras que otros se presentaban cada 13,7 días.

Precisamente la altura de las mareas tiene dos patrones distintos que se repiten una y otra vez bajo la influencia lunar, en este caso, de su fuerza de gravedad.

En el primero la altura se mantiene por 14,8 días y es ocasionado por la gravedad conjunta del Sol y la Luna.

El segundo cambio tiene una duración de 13,7 días y se produce por la posición de la Luna en el círculo descrito por el ecuador terrestre.

La Neurociencia y la influencia de la Luna sobre el cerebro

El creador del llamado Método Somático, Mark Filippi, describe la relación que la neurociencia ha encontrado entre las fases lunares y el comportamiento humano.

Resalta el hecho de que según la fase lunar cambia la producción de ciertos neurotransmisores dentro del cerebro humano, lo que podría explicar la razón de estas alteraciones.

Al respecto, Filippi explica que los cuatro neurotransmisores cuya producción se altera por la influencia de la Luna son la acetilcolina, la serotonina, la dopamina y la noradrenalina.

Fase de Luna Nueva a Cuarto Creciente: la hora de la acetilcolina

Durante la primera semana del ciclo lunar el cerebro incrementa la producción de acetilcolina, un neurotransmisor que participa en la comunicación de las células nerviosas.

Este aumento provoca en las personas una mayor empatía y sensibilidad social, es decir, se hacen más receptivas a las emociones propias y ajenas.

Por lo tanto, la primera semana del ciclo lunar se tiende a tener mucha energía física y mental, resaltando una mayor capacidad para aprender y memorizar nueva información.

Sin embargo, la mayor sensibilidad generada por el aumento de acetilcolina en el cerebro tiene un efecto negativo y es que baja la capacidad de concentración en tareas largas.

Cuarto Creciente a Luna Llena, el turno de la serotonina

Durante la segunda semana del ciclo lunar, que lleva del Cuarto Creciente a la fase de Luna Llena, el cerebro aumenta la producción de serotonina.

La serotonina es conocida también como la «hormona de la felicidad», porque interviene en los estados de alegría y placidez, así como también participa en varios procesos físicos y mentales.

Esto tiene como efecto un aumento en la energía y capacidad de concentración de las personas, así como una mayor facilidad para ejecutar labores creativas.

Luna Llena a Cuarto Menguante: aumenta la dopamina

Luna Llena a Cuarto Menguante
La Luna Llena se relaciona desde hace siglos con mitos de hombres-lobo

La tercera semana del ciclo solar nos lleva desde la fase de Luna Llena hasta el Cuarto Menguante.

Durante esta semana, el cerebro aumenta la producción de dopamina, sustancia que interviene en la función motora del cuerpo pero también en la memoria y la búsqueda de satisfacción-recompensa.

La influencia lunar se manifiesta en una mayor búsqueda de diversión y distracción en grupo, pues la dopamina estimula el acercamiento social a otras personas.

La Luna Llena está asociada a un «exceso» de actividad mental, principalmente porque la dopamina genera un aumento de la excitación emocional y menos represión de los impulsos sexuales.

Cuarto Menguante a Luna Nueva: la reactiva noradrenalina

La última semana del ciclo solar corresponde al paso de la fase de Cuarto Menguante a la de Luna Llena, en la que el satélite terrestre queda totalmente dentro de la sombra que la Tierra genera al interceptar la luz del Sol.

Se trata de una fase en la que el cerebro aumenta la producción de noradrenalina, que entre otras cosas, es la «hormona de la supervivencia«.

La noradrenalina provoca en los animales y personas una reacción de pelear o huir, que puede marcar la diferencia ante un peligro inminente.

De hecho, esta hormona provoca una mayor actividad en la zona del cerebro que maneja las conductas instintivas y de defensa básicas.

En la vida diaria, la influencia lunar hace que las personas asuman un estado defensivo en el que analizan mucho cada cosa a su alrededor antes de tomar una decisión.

Se considera que es la etapa donde hay menos inspiración y más reacción física y emocional.

Finalmente, queda decir que muchos estudios también han señalado que los deportes benefician el cerebro.

Por tal razón, algunos científicos analizan terapias físicas para ayudar a personas potencialmente sensibles a la influencia lunar, como los aquí mencionados.

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